lunes, 22 de febrero de 2010

G8 y salud

El G8 debe proveer ayuda para Salud y Educación

En 2005, el G8 prometió incrementar la ayuda en 50.000 millonres de dólares

Vivimos en un mundo en el que cada minuto de cada día, en algún país en desarrollo, muere una mujer embarazada o durante el parto y millones de niños no van a la escuela.



Nuestro mundo cuenta con los recursos y la capacidad para asegurarnos que eso no sea así. La ayuda (transferencia de recursos de los gobiernos de los países ricos a los países pobres con el objetivo de contribuir a su desarrollo) no es suficiente para ayudar realmente a los países pobres a luchar contra la pobreza, pero es necesaria.



En 2005, los líderes del G8 prometieron incrementar la ayuda en 50 mil millones de dólares, destinando la mitad de esta cantidad al continente africano. En base a las últimas estimaciones, a los 50 mil millones extra prometidos le faltarán 23 mil millones de dólares. Oxfam ha calculado que este dinero podría salvar al menos a 3 millones de personas.



El G8 necesita cumplir su promesa de ayuda para que millones de personas consigan acceso a la salud y millones de niños tengan una educación.



Salud


1 mujer muere cada minuto durante el embarazo o el parto, sumando un total de hasta medio millón de muertes cada año.


Los niños que pierden a sus madres tienen hasta 3 veces más posibilidades de morir antes de su quinto cumpleaños.


A pesar de que el 90 por ciento de las muertes maternas podrían evitarse, el embarazo continúa siendo el principal motivo de muerte de mujeres en edad de reproducción en los países pobres.


En Burkina Faso, el coste de un parto normal es casi la mitad de los ingresos anuales de una familia pobre.


1 sola comadrona podría salvar las vidas de 219 mujeres.


Educación


En India, más de 7 millones de niños no están escolarizados, casi la misma cantidad que toda la población de Londres.


En Mali hay 793 mil niños sin escolarizar, similar a la población total de Ámsterdam.


En Bangladesh existen alrededor de 48 millones de adultos que no saben leer ni escribir, más que la población total de España.


Los maestros de la gran mayoría de los países con bajos salarios ganan menos de tres dólares al día, lo que equivale a unos 4 litros de leche en Colorado (EE.UU.), un café de Starbucks en EE.UU., menos de una cerveza en Turín (Italia), un vaso de vino en Alemania, o menos que un sándwich en París.


Los 18 mil millones de dólares destinados al salvataje de los que crearon la crisis económica mundial podrían haber pagado dos años de escuela a 75 millones de niños de todo el mundo que no tienen acceso a la educación.


La crisis económica mundial significa que las cosas se pondrán bastante peor en los países en desarrollo para finales de 2009. Los gobiernos son los únicos que pueden proveer las sumas de dinero necesarias y por ello resulta fundamental el papel que adopte el G8, constituido por las 8 naciones más ricas del mundo.




Palabras clave: G8 Italia oxfamg8 Salud y Educación Salud y educación para todo el mundo servicios sociales básicos
http://www.oxfam.org/es/campaigns/g8-2009/salud-educacion

Declaraciones del 06 01 09 Sobre conflictos en Medio Oriente

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Declaraciones del 06 01 09

Durante la conferencia de prensa del día de hoy, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores y Europeos hizo las siguientes declaraciones y respondió a las siguientes preguntas:

1. CERCANO ORIENTE

Desde el domingo por la tarde, una misión europea se encuentra en el lugar y está encabezada por el ministro checo, señor Karel Schwarzenberg, en el marco de la Presidencia del Consejo de la Unión Europea en ejercicio, acompañado por el Ministro de Asuntos Exteriores de la próxima Presidencia y por Bernard Kouchner, en el marco de la Presidencia francesa saliente, así como de Benita Ferrero-Waldner y Javier Solana.
Por otra parte, el Presidente de la República francesa se encuentra en Cercano Oriente con el mismo objetivo de lograr encontrar una salida a la crisis.
Estas misiones se articulan entre sí y se complementan. Fueron preparadas conjuntamente –el mejor ejemplo de ello es que Bernard Kouchner participó desde el inicio, como Ministro de Asuntos Exteriores de la presidencia saliente, esta misión europea y luego se sumó el Presidente de la República.
Ambas misiones se reunieron en Ramallah ayer para una entrevista con el presidente de la Autoridad palestina, Mahmoud Abbas.
Por otra parte, sólo existe una postura europea, contrariamente a todos los comentarios. Las autoridades checas publicaron en la página de la Presidencia un nuevo comunicado reiterando que la postura europea común es la que adoptaron conjuntamente los 27 ministros de Asuntos Exteriores reunidos el 30 de diciembre en París en torno y por iniciativa de la presidencia francesa. Es la base de la postura común europea.
(Cuando Francia habla, a propósito de la actitud del Hamas, de la actitud irresponsable e imperdonable, ¿es esta la postura nacional de Francia sobre la responsabilidad en el conflicto o se apega a la postura europea tal como fue expresada la semana pasada?)
Se articula con la postura europea ya que los europeos pidieron que se detengan los disparos de cohetes dirigidos a territorio israelí. No existe ninguna incoherencia, al contrario.
(En la postura europea, esta demanda de que se detengan los disparos de cohetes se puso en paralelo con una demanda solicitada a Israel de que terminara su actual ofensiva.)
Esa es exactamente la postura francesa. Las dos posturas indican con claridad que condenamos la operación israelí y, en especial, la operación terrestre, y condenamos los continuos disparos de cohete. No hay ninguna divergencia entre estas posturas.
(El Presidente de la República acusa al Hamas de ser irresponsable y responsable de la situación actual. ¿No cree usted que la comunidad internacional y Francia, como Presidenta de la Unión Europea, no hizo nada para hacer más flexible el bloqueo que dio como resultado que Gaza se ahogara?)
No tenemos esa impresión. Nosotros cumplimos con nuestras responsabilidades. En repetidas ocasiones condenamos las consecuencias del bloqueo en la población civil. Después de haber entablado un diálogo con las autoridades israelíes, logramos la apertura, al menos temporal, de algunos puntos de tránsito. Quizás no sea suficiente pero, rechazo firmemente las palabras con las que se afirma que no hicimos nada.

2. VIAJE DE BERNARD KOUCHNER A NUEVA YORK

Bernard Kouchner llegó esta mañana a Nueva York para participar en las reuniones sobre la situación en Gaza del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuya presidencia está a cargo de Francia durante el mes de enero de 2009.
Habrá algunas entrevistas con Mahmoud Abbas, Presidente de la Autoridad palestina, Amr Moussa, Secretario de la Liga Árabe y varios ministros y secretarios más, Condoleezza Rice, David Miliband y Ali Babacan.
Se entrevistará también con el Secretario General de Naciones Unidas, señor Ban Ki-moon, antes de presidir, por la tarde, a las 17:00 horas, la reunión de debate público del Consejo de Seguridad. Las reuniones del Consejo de Seguridad continuarán también el día de mañana.
En la perspectiva de este encuentro y en el contexto de la manera en que se está deteriorando la situación en el terreno, Francia lleva a cabo sin descanso, en su calidad de presidencia del Consejo de Seguridad, algunas consultas en Nueva York para analizar las posibilidades de lograr un cese al fuego duradero así como un acceso humanitario inmediato a la franja de Gaza.
Estos esfuerzos se coordinan con los que se efectuaron con motivo de las entrevistas en Cercano Oriente, ayer y hoy, del Presidente de la República y la Troika europea ampliada para lograr salir de la crisis.
(¿Está usted refiriéndose a las negociaciones que tienen lugar en Nueva York en estos momentos?)
Efectivamente, amplias consultas están teniendo lugar en estos momentos en el Consejo de Seguridad.
Esta tarde habrá una reunión pública en el Consejo de Seguridad a la que probablemente le seguirán, el día de mañana, otras reuniones.
Existe una coordinación estrecha entre las discusiones en Nueva York y los esfuerzos en la región –los esfuerzos de Francia, los de Europa pero también los esfuerzos de los demás actores. Esta es la razón por la cual Bernard Kouchner viajó a Nueva York. Viajó a la región en su calidad de miembro de la misión europea; se reunió, al igual que el resto de la misión europea, con el Presidente de la República francesa en Ramallah; continuó con el Presidente de la República francesa y actualmente se encuentra en Nueva York para que haya una excelente coordinación entre todos estos procedimientos.
(¿Puede usted dar más detalles sobre el proyecto de resolución que se mencionó en la prensa respecto a este particular?)
No deseo dar detalles al respecto, en particular, porque Francia está a cargo de la presidencia del Consejo de Seguridad. Lo que importa es que tengamos consultas con unos y otros. Debemos ver cuáles son los elementos que deben aparecer o que pueden aparecer en un texto. La perspectiva es muy clara para nosotros, en particular, se trata de obtener un primer objetivo mayor que es el cese al fuego.
(Insistió usted en la coordinación entre lo que ocurre en Nueva York y en Cercano Oriente. ¿El hecho de que Bernard Kouchner deje las dos delegaciones para irse a Nueva York no significa que hubo un fracaso, ya que no hubo ningún cese al fuego?)
No. Nosotros, Europeos y Franceses, aún no hemos logrado lo que pensamos que es indispensable. El hecho de que Bernard Kouchner vaya a Nueva York cuando se prolonga la misión del Presidente de la República, que se encontraba en Damas hace un momento y que luego irá a Beirut, es justamente para fortalecer la coordinación, en lo que respecta a los esfuerzos de Francia, entre el Presidente de la República en la región y el Ministro de Asuntos Exteriores y Europeos que se encuentra en Nueva York para trabajar en el Consejo de Seguridad.
(¿Buscan ustedes la anuencia de los estadounidenses?)
Estamos intentando trabajar con todo el mundo, ya sea en la región o en el Consejo de Seguridad. Debemos seguir intentando la persuasión. Nuestros esfuerzos aún no han logrado lo que nos parece importante pero, es una razón de más para seguir y, sobre todo, porque la situación de la población civil se está degradando.
(¿Cuáles son los recursos de presión de los que disponen ustedes hacia Israel? Vi algunas declaraciones de OXFAM y del CICR que indican que se les impide trabajar en Israel y que se efectúan disparos contra las ambulancias. Se impide la transferencia de los enfermos e incluso de los médicos y los trabajadores humanitarios son blanco del ejército israelí. ¿Qué dicen ustedes a Israel a este respecto? Por otra parte, ¿están ustedes intentando hacer presión en Estados Unidos para que flexibilicen su postura de apoyo incondicional a Israel?)
Decimos con toda claridad y con fuerza que condenamos sin ambigüedad alguna la ofensiva israelí, como lo reiteró el Presidente de la República durante su conferencia de prensa común con Mahmoud Abbas. Si pedimos con tanta fuerza un cese al fuego inmediato, es porque hemos observado que la situación humanitaria se está degradando mucho. Y si insistimos en el tema del acceso a Gaza es para decir que llamamos a las autoridades israelíes a facilitar una respuesta a esta crisis humanitaria, no simplemente aportando ayuda, sino haciendo que lo que sufre la población civil actualmente llegue a su fin. Ese es el sentido del cese al fuego. En lo que respecta a los términos utilizados, prefiero “esfuerzo de convicción” y no “presión”. Creo que es más útil y más realista. Este esfuerzo de convicción lo está llevando a cabo la misión europea y el Presidente de la República en la región. La movilización de Bernard Kouchner en Nueva York va en el mismo sentido. Existen otros esfuerzos como el de Turquía o el de Rusia que enviaron a un emisario a la región.
(Acaba usted de mencionar otras iniciativas como la de Turquía. El Primer Ministro turco también lleva a cabo esfuerzos diplomáticos en la región y logra hablar con todo el mundo. Anteayer, un responsable iraní alentaba a otros países a lanzar iniciativas en este ámbito. Sabemos que Irán tiene cierta influencia en el Hamas. ¿Cuáles son los contactos con Turquía? ¿Podemos imaginar un día que ustedes conjunten esfuerzos con los iraníes?)
Lo que resulta fundamental es que se logre el cese al fuego. El mundo entero se está movilizando. Todas las buenas voluntades son útiles, deben conjuntarse las acciones.
En lo que respecta al trabajo de coordinación con los esfuerzos de Turquía, hay algunas consultas e intercambios. Ya habrán notado que Bernard Kouchner tendrá algunas entrevistas en Nueva York con el señor Babacan.
Me imagino que los iraníes también desean que la situación mejore y quieren realizar algunos esfuerzos en este sentido.
(¿Deben o quieren?)
Me imagino que quieren y pienso que deben.
(Hay un proyecto de resolución por iniciativa de Libia que se ve amenazado por un posible veto estadounidense porque pide expresamente el cese de las hostilidades. ¿Para ustedes, este texto parece equilibrado y aceptable?)
Tenemos conocimiento del documento que usted menciona. Nuestro papel de presidencia del Consejo de Seguridad, al mantener nuestro objetivo de lograr un cese al fuego y, si es posible, lograr un resultado más amplio, es trabajar con Libia y con otros más para encontrar un punto de equilibrio.
(¿Y qué hay de la iniciativa conjunta con Egipto de la que habló ayer el Presidente? ¿Se contentarán con un proyecto de resolución?)
Para nosotros, Egipto puede desempeñar un papel esencial. Este país ya ha emprendido esfuerzos importantes en el marco de la tregua de seis meses entre Israel y el Hamas, pero también a favor del diálogo palestino. Como saben, una delegación del Hamas viajó ayer a El Cairo.
También, no se debe olvidar la realidad geográfica de este país en el mundo árabe. Por todas estas razones, Egipto debe poder desempeñar un papel de importancia. Es por ello que hubo este viaje ministerial y luego el presidencial a Egipto.
(Habló usted de un punto de equilibrio para un proyecto de resolución. ¿Entre qué proyectos hay que encontrar un equilibrio?)
El equilibrio que permita que haya un texto aceptado y votado por unos y otros sin perder de vista nuestros objetivos mayores, en especial, el imperante del cese al fuego inmediato y llegando lo más lejos posible en la integración de elementos que permitan que los distintos actores del conflicto puedan volver a una dinámica de estabilización y de paz.
(¿Consideran ustedes que el texto de Libia es insuficiente?)
No. Ese texto existe, constituye una importante contribución ya que fue traída por un miembro del Consejo de Seguridad en nombre de miembros importantes de la comunidad internacional. Así pues, la presidencia del Consejo de Seguridad debe tomarlo en cuenta y debe integrarse en el trabajo de consulta que la Presidencia francesa efectúa en estos momentos en Nueva York.
(¿El proyecto europeo que fue rechazado por las dos partes sigue siendo la base de las consultas en la región y en otras partes?)
No. Frente a una crisis internacional de esta intensidad, no se debe ser egocéntrico. No tenemos la pretensión, nosotros los europeos, de haber definido la única base de concertación internacional. Estamos intentando tomar en cuenta las opiniones de los distintos actores, es nuestro papel en calidad de Presidencia del Consejo de Seguridad. Sin embargo, seguimos teniendo convicciones mayores: lograr un cese al fuego que permita temporalmente una tregua humanitaria y, si es posible, que pueda constituir una base duradera. Es un trabajo de concertaciones y de discusiones con base en los trabajos de nuestros diferentes colegas, la propuesta hecha por Libia forma parte de estas concertaciones. Intentamos trabajar con todos estos elementos sin abandonar lo que nos parece más importante.
(¿Hay algún calendario de proyectos que pudiera ser discutido durante el Consejo de Seguridad franco-egipcio el día de hoy o en los días que vienen?)
Bernard Kouchner está en Nueva York. La reunión del Consejo de Seguridad se llevará a cabo a las 17:00 horas. Habrá otras reuniones el día de mañana, mientras tanto, habrá numerosas consultas. Nuestro objetivo es el de obtener un resultado lo antes posible puesto que esta rapidez es indispensable en virtud de lo que vive y sufre la población civil en Gaza. Lo que cuenta es cómo salir de esta situación. Estamos viendo que las cosas se están agravando, debemos salir de esta escalada con sus atroces consecuencias.
(¿A qué nivel se efectúan las consultas en privado con los responsables del Hamas?)
Francia no habla con el Hamas. Sin embargo, estamos trabajando con actores que hablan con el Hamas. Algunos de ellos se han reunido con delegaciones europeas y una francesa. Pienso en Egipto, en Siria, en Turquía y en otros más.

3. AYUDA HUMANITARIA A GAZA

“Francia está extremadamente preocupada por la situación humanitaria en Gaza.
A petición de Bernard Kouchner, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Europeos decidió aportar 3 millones de euros de ayuda de emergencia en respuesta a la situación humanitaria en Gaza:
-  Un millón de euros estarán destinados a la oficina de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA).
-  Un millón de euros para el Programa alimentario mundial (PAM).
-  Un millón de euros a las ONG locales, en especial la ONG Palestinian Medical Relief Society que tiene una capacidad operativa real en Gaza y la organización israelí Physicians for Human Rights, así como a las ONG francesas presentes en el terreno, que serán recibidas de nueva cuenta el día de hoy por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Europeos.
Desde el 30 de diciembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Europeos organizó una primera reunión con las ONG presentes en el lugar. Una coordinación interministerial también fue implementada para organizar la ayuda humanitaria que las autoridades francesas pueden aportar a Gaza. Los Ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea decidieron el mismo día que estaban de acuerdo en “coordinar la ayuda proporcionada por cada Estado miembro, en colaboración con la Comisión Europea y las presidencias entrante y saliente.” En este marco, el centro de crisis del Ministerio de Asuntos Exteriores y europeos sigue la situación en colaboración con su homólogo checo y la Comisión Europea (ECHO), con el objetivo principal de evaluar las necesidades de la población de Gaza y las respuestas que haya que aportar.
Se debe hacer todo lo posible para garantizar el respeto al derecho internacional humanitario y permitir que las organizaciones humanitarias superen los obstáculos a los que se enfrentan para proporcionar su ayuda:
-  Ante todo, la posibilidad de que la población tenga acceso con toda seguridad a los servicios y bienes humanitarios.
-  La posibilidad de que el personal humanitario ingrese y circule en la franja de Gaza.
-  La posibilidad de transportar dentro de la franja de Gaza grandes volúmenes de ayuda, en particular, alimentaria, que permita que se responda a todas las necesidades.
El deterioro de la situación hace que sea aún más urgente la implementación, como la Unión Europea lo solicitó durante la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores en París el 30 de diciembre, de una tregua humanitaria y la apertura de los puntos de tránsito a los bienes y al personal humanitario para que toda la ayuda necesaria pueda llegar a la población.”
(Los términos de su declaración sobre la ayuda humanitaria en Gaza son humillantes para los palestinos. Sería más razonable pedir el final del bloqueo en torno a Gaza.)
Una cosa y la otra no son contradictorias. Le resumí a usted los tres principales retos humanitarios. Hay dos que están vinculados con la apertura de Gaza a los actores susceptibles de aportar ayuda y bienes humanitarios. El cese al fuego, en el que trabajamos y que deberá permitir responder al reto humanitario debe tomar en cuenta más ampliamente un cierto número de factores que incluyen el del aislamiento de Gaza. No es contradictorio en lo absoluto.
(¿Cómo quiere enviar Francia ayuda si todo está bloqueado?)
Pedimos que las ONG puedan trabajar con mayor facilidad. Pensamos que su personal debe poder circular libremente y que los bienes deben poder ingresar fácilmente a Gaza. Nos estamos apoyando en organizaciones que ya se encuentran presentes en Gaza: la UNRWA, el PAM, la OMS, la UNICEF. La ONG Physicians for human rights lleva a cabo una labor en coordinación con personal que tiene necesidades de tipo médico y que se tratan fuera de Gaza. Algunas ONG francesas tienen la posibilidad de seguir trabajando. De nueva cuenta, estamos poniendo en pie este apoyo al tiempo que pedimos que su trabajo se facilite, con el cese al fuego y con la apertura al personal y a los bienes humanitarios en los puntos de tránsito.
(Francia realiza esfuerzos para hacer más llevadero el sufrimiento de la población palestina. Pero, también veo que evita usted utilizar la palabra crisis y que prefiere hablar de situación humanitaria.)
Es una crisis humanitaria.
(Es importante porque Israel dice que no hay crisis humanitaria en Gaza.)
Usted está haciendo alusión a una declaración de un responsable israelí de hace varios días. Pienso que ningún responsable israelí diría eso actualmente. Repito que la situación humanitaria es extremadamente preocupante.
(En vista de la gravedad de la situación de la población civil, ¿Francia no tiene pensado, u otro país europeo o la Unión Europea, demandar una tregua de 24 horas para evacuar a los heridos más graves y proporcionarles asistencia médica?)
Es uno de los elementos que propusimos durante la reunión de Ministros europeos de Asuntos Exteriores del 30 de diciembre en París. Demandamos la perspectiva de una tregua humanitaria, no simplemente para evacuar a los heridos, sino también para facilitar el acceso de la población a los bienes humanitarios. Estamos intentando obrar en la implementación de un cese al fuego que constituya, al menos en un primer tiempo, una tregua humanitaria con la idea de que esto pueda integrarse en un proceso duradero.
(¿A cuántas partes se debe convencer para lograr eso? ¿Qué tipo de presiones están ejerciendo ustedes?)
Francia y Europa han expresado con toda claridad lo que consideran indispensable y están realizando todos los esfuerzos posibles para lograr salir de la crisis.
Nos hemos pronunciado ya en varias ocasiones y a todos los niveles posibles. Hay viajes al lugar de los hechos tanto de los europeos como de franceses, se está efectuando un trabajo en Naciones Unidas en el marco de la Presidencia del Consejo de Seguridad. Estamos haciendo todo esto desde el primer momento.
¿Hasta el momento hemos logrado obtener lo que nos parece importante? La respuesta es que no, pero nadie puede negar el hecho de que nos hemos movilizado de manera permanente respecto a este asunto.

4. SITUACIÓN DE LOS CIUDADANOS FRANCESES EN GAZA

Son 40 franceses están registrados como residentes en Gaza en las listas de los franceses establecidos fuera de Francia.
Se establece un contacto con ellos de manera cotidiana. Se les preguntó si deseaban salir de Gaza. Durante los primeros días, no hubo ninguna petición. Desde el inicio de la intervención terrestre, algunas familias y algunas personas han expresado el deseo de salir de Gaza. Así pues, estamos organizando su salida con todas las medidas de seguridad que se requieren.
(¿Cómo?)
Por razones de seguridad no daremos detalles al respecto.
Se trata de alrededor de 30 personas de nacionalidad francesa y/o franco-palestina o cónyuges y miembros de familias de franceses.
Pensábamos poder hacerlo desde ayer. Técnicamente, esto no fue posible puesto que las condiciones de seguridad no eran las óptimas. Pensamos que quizás sea posible hacerlo mañana. Estamos verificando que se reúnan todas las condiciones.

5. AGRESIÓN ANTISEMITA CONTRA UNA SINAGOGA EN TOULOUSE

“En nombre de Bernard Kouchner, condenamos con toda firmeza la agresión contra una sinagoga en Toulouse.
Debemos permanecer alerta para que se respete la ley para evitar que se importe el conflicto de Cercano oriente a Francia. Llamamos a la población francesa, a las diferentes comunidades que viven en Francia a permanecer vigilantes y a ser prudentes: nadie gana nada si se agravan las tensiones en Francia por el conflicto en Cercano oriente.”
(¿Afirma que existe un vínculo entre el ataque contra la sinagoga y la situación en Cercano Oriente?)
No afirmo que haya un vínculo, pero tampoco lo excluyo.

6. CONDICIONES DE TRABAJO DE LOS PERIODISTAS EN CERCANO ORIENTE

(No habló usted de las condiciones de trabajo de los periodistas. Ayer, las autoridades israelíes detuvieron a un corresponsal de una cadena árabe. Está detenido en una prisión en Jerusalén. Esta noche será presentado ante un tribunal militar israelí. Otros periodistas, a pesar de la intervención de la Suprema Corte israelí, no pudieron tener acceso a Gaza. Esta mañana, se negó la entrada a Jean-Pierre Perrin, periodista francés. ¿Alguna reacción sobre la situación del corresponsal de la cadena árabe?)
En lo que respecta al tema del acceso a los periodistas a Gaza, ya hemos expresado nuestra postura al respecto desde el 28 de diciembre, y afirmamos que la libertad de prensa es importante y debe respetarse. Los periodistas deben poder realizar su trabajo.
No tenía yo conocimiento del caso preciso del que usted habla. Evidentemente, seguimos llamando la atención de las autoridades israelíes hacia la necesidad de que se respete la libertad de prensa.

7. KOSOVO

(Hay nuevas confrontaciones en Kosovo y el Presidente Boris Tadic envió una protesta al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para pedir una protección mayor a los serbios. ¿Tienen ustedes pensado reaccionar a estas demandas?)
Nos enteramos de los incidentes que tuvieron lugar el 30 de diciembre y a principios del mes de enero en Mitrovica. Es importante que todos tomen consciencia de que no hay interés alguno en estos actos de violencia. Hemos tomado nota de las demandas del Presidente Tadic. Debemos reiterar que EULEX es una misión europea, así es que nuestra opinión está fundamentada en la dinámica europea. Observamos que las misiones EULEX y KFOR han intervenido con rapidez, con eficacia. Su reacción ha sido adecuada, proporcionada, y ha permitido poner fin a los actos de violencia con mucha rapidez.
(¿Los responsables de estas exacciones serán investigados?)
Hay que esperar los resultados del trabajo de la investigación. Les repito, la reacción de EULEX y de la KFOR es proporcionada y eficaz. Luego, habrá que analizar con detalle la situación y es el papel tanto de la KFOR como de EULEX en colaboración con las autoridades locales y con los Estados miembros.
(Esta constatación es muy diferente de la que hicieron los serbios de Kosovo que afirman que las misiones europeas no hicieron nada para impedir esta violencia. Hay riesgo de escalada. ¿Cuál es su comentario al respecto?)
La comunidad internacional no es responsable de los disparos y de las exacciones. No debemos olvidarlo. Los responsables de estos actos son quienes los cometieron. Consideramos, y quizás no es la evaluación de las autoridades serbias, que la respuesta de EULEX y de la KFOR fue eficaz y proporcionada. La realidad es que no hubo nuevos actos de violencia y esperamos que ya no haya más. La comunidad internacional en Kosovo realizó un trabajo que impidió que ocurrieran eventos más problemáticos.
(¿El mandato de EULEX es, por ejemplo, detener a los responsables de los actos de violencia ya que esta misión está presente para formar y ayudar a la policía de Kosovo? ¿Está implicada en los casos particulares y prácticos?)
Por supuesto, estas dos misiones pueden estar implicadas para impedir toda tentativa de desestabilización.
(¿Discutirán ustedes el tema durante la visita del señor Jeremic que será recibido en París el jueves?)
Efectivamente, está previsto que el señor Jeremic venga a París al final de la semana y que se reúna con Bernard Kouchner. Pienso que, efectivamente, se discutirá el tema.

8. UCRANIA – RUSIA – DIFERENDO

(¿Algún comentario sobre el hecho de que se amenazó a algunos países europeos con que se suspendería o se cortaría la entrega de gas? ¿Teme Francia algunas restricciones?)
Como lo señala la declaración conjunta de la presidencia checa del Consejo de la Unión Europea y de la Comisión Europea, el corte sustancial en el aprovisionamiento de gas, sin aviso previo y en contradicción con la garantía que las más altas autoridades rusas y ucranianas dieron, y que afecta a varios países miembros de la Unión Europea, es inaceptable. Demandamos que este aprovisionamiento en gas sea restablecido inmediatamente.
Llamamos a Ucrania y a Rusia a que respeten sus compromisos internacionales en su calidad de países de tránsito, en el caso de Ucrania, y como país productor, en el caso de Rusia, y a reanudar inmediatamente las negociaciones.
Deseamos que el litigio comercial entre la Ucrania y Rusia que comienza a afectar a algunos de nuestros socios de la Unión Europea encuentre un arreglo mediante la negociación. Reiteramos que nos interesa el respeto de los principios de la Carta de la energía, firmada por las dos partes, así como los principios del G8 de San Petersburgo sobre la seguridad energética, bajo la presidencia rusa.
Una misión europea dirigida por el Ministro checo de Industria y Comercio se encuentra actualmente en Kiev.
Se espera que se celebren algunas reuniones esta semana en Bruselas y en Praga para analizar, a mediano y largo plazo, la forma para reforzar la seguridad energética, con base en especial en el informe estratégico sobre energía de la Unión Europea (EU Strategic Energy Review), entregado el pasado mes de noviembre por la Comisión, en la perspectiva de decisiones que tomará el Consejo Europeo en la próxima primavera.
Deseamos que este ejercicio de concertación tome plenamente en cuenta la realidad de las cantidades físicas intercambiadas, las condiciones económicas del tránsito y, en lo que respecta a los gaseoductos, la necesidad de una reflexión profunda sobre la alimentación de estos y la diversificación de las rutas y de las fuentes.
(¿Francia tiene algún temor?)
Pensamos que tenemos capacidades energéticas aseguradas./.

domingo, 21 de febrero de 2010

Propuestas de Stigltz

1. Aceptación de los peligros que conlleva la liberalización de los mercados de capitales y los flujos de capital de corto plazo (dinero caliente), ya que imponen abultadas externalidades, lo cual significa mayores costes para quienes no son parte activa en el proceso de transacciones.

2. Es imperioso fijar reglas claras sobre las quiebras y moratorias, para que prestamistas e inversores en economías emergentes no se atengan a las políticas de salvamento de acreedores por parte del FMI; y así no estimular el tipo de préstamos temerarios tan comunes en el pasado.

3. Destinar menos recursos a los rescates económicos de los acreedores occidentales, pues este dinero permite que se cobre más de lo que se habría cobrado en otras circunstancias.

4. Es imprescindible tener una regulación bancaria transparente, tanto en los países desarrollados como en vía de desarrollo, con el objeto de no patrocinar prácticas de préstamos que fomenten la inestabilidad económica. Se necesita una aproximación a la regulación más amplia, menos ideológica, adaptada a las capacidades y circunstancias de cada país.

5. Se debe persuadir una mejor gestión del riesgo con respecto a la volatilidad de los tipos de cambio. Los países en desarrollo deben aprender a manejar esos peligros, probablemente mediante la compra de seguros contra tales fluctuaciones en los mercados internacionales de capitales.

6. En relación con lo anterior, dentro de la gestión del riesgo, es necesario tener mejores redes de seguridad que salvaguarden a la población más frágil de los países en crisis, lo que significa por ejemplo incluir programas de seguro de desempleo.

7. Finalmente Stiglitz sugiere construir mejores respuestas a las crisis. Los antecedentes muestran que la actuación del FMI en 1997-1998 fue desastrosa. Así las “respuestas ante las crisis financieras futuras deberán situarse en un contexto social y político” (p. 299). En otras palabras, Stiglitz reclama que el FMI juegue el rol para el cual fue creado, es decir, proveer financiación para activar la demanda en los países que se encuentran en recesión. Frente a dicha situación el autor es sumamente crítico al decir “por qué cuando EE.UU. atraviesa una recesión aboga por una política fiscal y monetaria expansiva, y cuando la atraviesan ellos se insiste en justo lo contrario” (p. 299).

STIGLITZ, Joseph E. El malestar en la globalización.


STIGLITZ, Joseph E. El malestar en la globalización. Traducción de Carlos Rodríguez Braun. Madrid: Taurus, 2002. 314 p. [ISBN: 84-306-0478-2] (Original: Globalization and its Discontents, 2002.)
Mercedes Arroyo
Universidad de Barcelona

Palabras clave: globalización, Fondo Monetario Internacional, países en vías de desarrollo
Key words: globalization, International Monetary Found, countries in development

Creemos que el libro que reseñamos a continuación puede colaborar a un mejor conocimiento de los mecanismos políticos y económicos que se encuentran tras el fenómeno de la globalización, fenómeno que, de una u otra forma, afecta ya a toda la población mundial. Desde un punto de vista privilegiado -ya que fue vicepresidente del Banco Mundial entre febrero de 1997 y febrero de 2000- el reciente Premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz, ha podido observar las políticas macroeconómicas que en el último decenio se han aplicado al desarrollo de algunos países y que supuestamente estaban dirigidas a aumentar el bienestar de las respectivas poblaciones. Sin embargo, la realidad se empeña en demostrar que las diferencias entre países ricos y pobres no han hecho más que aumentar y al análisis de las causas de esa creciente diferenciación aplica el profesor Stiglitz sus conocimientos.
Tras años de desempeñar un lugar preeminente en diversas Universidades norteamericanas, y últimamente, en la Universidad de Columbia, el profesor Stiglitz fue en 1993 presidente del Consejo Asesor del Presidente Clinton en materias de política económica. Hasta esa fecha, y en tanto que profesor universitario, había dividido su tiempo de trabajo e investigación entre la economía matemática abstracta -ayudó, como él mismo explica en el prólogo de su libro, a desarrollar una rama de la ciencia económica, conocida desde entonces como "economía de la información"- y otros aspectos de la economía, como la aplicación de ésta al sector público y otros asuntos relacionados con las políticas monetarias desde un punto de vista teórico.
En su obra, y en relación con su teoría de la política económica de la información, ya había observado que en los mercados se producen imperfecciones por el hecho de que éstos se mantienen en constante asimetría, debido a las diferencias entre las informaciones de que disponen el trabajador y el empleador; o el prestamista y el prestatario, o el asegurador y el asegurado. De manera que ello explica, desde un punto de vista diferente al del "equilibrio natural" del mercado, la razón de la existencia del desempleo o porqué los que necesitan créditos son a menudo quiénes menos los obtienen.
Se debe señalar, también, que Joseph Stiglitz ha mantenido durante su carrera académica numerosos vínculos con algunos aspectos de la economía de los países en vías de desarrollo, sobre todo, entre los años 1969 y 1971 en Kenia, donde, como él mismo confiesa, una importante parte de su labor teórica fue inspirada por lo que allí tuvo ocasión de observar. En los años ochenta, tuvo también ocasión de participar en los estudios sobre la incorporación de las economías comunistas a la economía de mercado.
Durante veinticinco años, el profesor Stiglitz se mantuvo atento al desarrollo de la economía mundial y escribió sobre los problemas derivados del gobierno de las grandes corporaciones, sobre la apertura de los mercados internacionales y el acceso a la información o sobre el estudio objetivo de las quiebras económicas, todo lo cual le proporcionó un marco de referencia que le fue reconocido con el Premio Nobel de 2001(1).
Si, como reconoce el autor, todos esos estudios e investigaciones le formaron profesionalmente, no le prepararon para abordar los problemas que se encontró al llegar a Washington. Su carrera académica no le instruyó para afrontar los problemas derivados del sesgo ideológico y político que observó en las grandes formaciones económicas que tienen la responsabilidad de favorecer un sistema de relaciones igualitario entre países en un mundo crecientemente globalizado (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, esencialmente (2)) al tomar decisiones que debían -y deben de- afectar a poblaciones enteras, sobre todo, a las de los países en vías de desarrollo.
La tesis general del libro que comentamos se puede sintetizar como sigue: en un contexto de globalización, en que todas las economías nacionales se encuentran en constante interacción, se debe favorecer el crecimiento económico de los países menos desarrollados; pero para que ello sea posible, no basta con que las instituciones económicas supra-nacionales se apliquen a proporcionar recetas de crecimiento, sino que éstas deben de respetar  las secuencias y los ritmos que exigen algunas economías con un débil grado de desarrollo. Paralelamente, la tesis principal del libro se complementa con un ataque frontal a la ideología neoliberal que supone el abandono de las ideas sobre el papel desempeñado por los Estados en el fomento de las economías nacionales, tal como se había propuesto a partir del final de la II Guerra Mundial, para -en una vuelta a la línea del pensamiento liberal de Adam Smith- dejar actuar a dichas economías según las leyes del libre mercado, según las cuales la motivación del beneficio constituye la fuerza que dirige la economía hacia resultados eficientes como si la llevara una mano invisible.
En un estilo decididamente narrativo y, por tanto, alejado del tono académico de las obras teóricas, el autor irá señalando a lo largo de las páginas de su libro todos los errores que se fueron sucediendo durante su mandato como vicepresidente senior del Banco Mundial, por parte de las instituciones económicas supra-nacionales, sobre todo por parte del FMI, la institución "hermana" del Banco Mundial, aunque diferenciada de éste por sus objetivos y sus procedimientos; sobre todo, debido al hecho -reconocido por Pierre Bourdieu y que el autor de este libro subraya- de que, en lugar de comportarse como estudiosos y entrar en debates serios y contrastados, los intereses políticos de los analistas económicos del FMI les hace chocar constantemente con la realidad, ya que están demasiado ocupados en violentarla para adaptarla a ideas preconcebidas.
El libro está estructurado en nueve capítulos en los que se muestra diferentes ejemplos de las políticas seguidas por las autoridades económicas mundiales -esencialmente el FMI- para lograr un equilibrio económico entre los países más ricos (el G-7 (3)) y los países menos favorecidos económicamente. Cree el autor que la razón última de las diferencias en los resultados se debió -al menos, hasta la fecha- al hecho de que el FMI aplicó a contextos muy diferentes unas recetas idénticas fabricadas en los despachos oficiales sin tener en cuenta las características diferenciales de cada uno de los países en los que se solicitó su ayuda para enderezar las respectivas economías y ponerlas en situación competitiva.
De manera inversa, el juicio del autor sobre la trayectoria del Banco Mundial es mucho menos negativo, y ello se debe en parte a la propia orientación de ambas instituciones. Realizaremos un breve inciso para señalar algunas características que se explican en el contexto de la globalización actual al que nos referiremos después.
 
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, dos instituciones nacidas para prestar ayuda a los países en vías de desarrollo
El FMI -junto al Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio- nació, como es conocido, después de finalizada la II Guerra Mundial, por iniciativa de las Naciones Unidas en la Conferencia Monetaria y Financiera celebrada en Bretton Woods, New Hampshire, en julio de 1944. Fue la creencia en la necesidad de una acción colectiva a escala global con la finalidad de lograr la estabilidad económica lo que llevó a la formación de dichas instituciones que, no se olvide, no rinden cuentas directamente "ni a los ciudadanos que los pagan ni a aquellos a cuyas vidas afectan"(4). El FMI, formado por los ministros de Hacienda y por los gobernadores de los Bancos Centrales de los gobiernos del mundo, se rige por un complicado sistema de votación basado en buena medida en el poder económico de los países al final de la II Guerra Mundial. A pesar de algunos ajustes, el poder efectivo del FMI está en manos de los países más industrializados sobre cuyas decisiones un sólo país, Estados Unidos, puede ejercer su derecho de veto.
Por su parte, el Banco Mundial, cuyo nombre originario fue significativamente el de Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, se creó paralelamente con el objetivo de prestar el dinero necesario a los países con dificultades de crecimiento para que solucionasen sus problemas estructurales, aunque dicho Banco debe contar siempre con la aprobación del FMI.
Las ideas que sustentaban la creación de éstas y las otras instituciones internacionales era la de esquivar de manera definitiva las crisis estructurales, manifestadas por altas tasas de paro, tal como se había producido durante la "Gran Depresión" norteamericana de los años treinta. Siguiendo las teorías de John Maynard Keynes, la persistencia de una situación de paro se debía atribuir a las fluctuaciones del mercado, razón por la cual éste no debía ser dejado sin control -para que actuase la Mano Invisible de Adam Smith- sino que se debía actuar colectivamente para evitar en lo posible dicha situación.
Keynes demostró, igualmente, que esa acción colectiva global era imprescindible por la razón de que las acciones de un país afectan a otros, creando una situación de potencial contagio de unas economías a otras. Esto tiene su explicación en el hecho de que, en teoría, las importaciones de un país son las exportaciones de otro y en un estado de equilibrio económico perfecto, el resultado de ambas debería sumar cero; en consecuencia, cualquier recorte en las importaciones de un país dañan la economía de otros. Si un país entra en recesión, se genera paro laboral, con lo que el consumo pierde volumen, lo cual afecta a la demanda de productos, sean nacionales o importados. La recesión en un país lo lleva a importar menos y eso perjudica a sus vecinos. Una forma de solventar esa situación de recesión era, en opinión de Keynes, por un lado, reducir la presión de los impuestos; por otro, o simultáneamente, incrementar el gasto público, es decir, aumentar la demanda agregada. Los Estados podían y debían endeudarse para mantener el nivel de empleo del país en tasas aceptables.
Podía ser, sin embargo, que a pesar de esas medidas, algunos países no tuviesen la capacidad de endeudarse para financiar el gasto público o mantener por sí solos la reducción de impuestos y necesitasen del concurso de otros. El FMI podía, en opinión de Keynes y los economistas y políticos reunidos en Bretton Woods, mejorar las cosas: el FMI, como institución supra-nacional, podía presionar a los países para que mantuviesen sus economías en pleno empleo, mediante la aportación de dinero a aquellas naciones que debían afrontar recesiones con el objetivo de que adoptasen políticas más expansivas que las que escogerían por sí solos.
Hasta aquí, hemos presentado de manera harto resumida la teoría subyacente en la creación del FMI y de las otras instituciones económicas vinculadas. En opinión de Stiglitz, sin embargo, el FMI ha derivado desde esos principios hacia un fundamentalismo del mercado volviendo al pensamiento de Adam Smith y su Mano Invisible, en un claro giro ideológico: es el Estado el que funciona mal y es el mercado -sobre todo el bancario- el que funciona bien. Desde este punto de vista, la regulación natural del mercado no sólo alcanza al mercado de bienes, sino, más especialmente, al mercado del dinero. Lo cual supone que el modelo central en la política económica impulsada por el FMI son los mercados financieros, haciendo prevalecer la economía financiera sobre la economía real (5).
Con la caída del Muro de Berlín, los campos de actuación entre el FMI y el BM se delimitaron aproximadamente de la siguiente manera: el FMI se ocupó desde entonces de las cuestiones macroeconómicas de los países que se encontraban en dificultades, es decir, su déficit presupuestario, su política monetaria, su tasa de inflación, su déficit comercial o su deuda externa. Paralelamente, el Banco Mundial se debía ocupar de las cuestiones estructurales: a qué asignaba el Gobierno del país en cuestión el gasto público, cómo funcionaban las instituciones financieras del país, su mercado laboral o sus políticas comerciales.
El problema entre ambas instituciones derivó, para Stiglitz, del papel imperialista del FMI, cuyos dirigentes no creyeron necesario entrar en discusión con los dirigentes del BM sobre las políticas que mejor encajarían con una situación determinada, ya que, fieles a su concepción del mercado como elemento dominante, consideraban imprescindible la aplicación de una fórmula idéntica a todos los países en vías de desarrollo, lo cual llevaría a la situación harto pintoresca de remitir los correspondientes pliegos de condiciones a determinados países a los que se proponían las medidas económicas necesarias en los que ni tan siquiera se había modificado el nombre del país.
La consecuencia de una política basada en recetas generales es, en opinión de Stiglitz, una de las principales razones de que se haya agravado las mismas dificultades que se pretendían arreglar y, peor todavía, lo que ha permitido que esas dificultades se repitan una y otra vez.
En el libro que presentamos se describe un buen número de casos en los que se observa la estrategia que ha seguido el FMI y hasta las resistencias de determinados países a dejarse ayudar por dicha institución. Los casos de épocas recientes en países tan dispares como Etiopía, Rusia, Corea, Malasia, Tailandia, o China, y los resultados de políticas económicas no siempre acertadas, son una lección que no sólo los economistas, sino los geógrafos deberíamos tener en cuenta, sobre todo, cuando nos debemos referir al actual contexto de globalización.
A continuación, señalaremos algunas características de dicho contexto que, según el autor, es simultáneamente objeto de "tanto vilipendio y tanta alabanza" y que nos pueden ayudar a reflexionar sobre una realidad ante la que, de momento, no parecen existir alternativas.
 
El proceso de globalización a examen
El impacto sociológico e ideológico que supuso el atentado del 11 de septiembre puso de manifiesto, entre otras cosas, que nos encontramos, nos guste o no, en un mundo globalizado, ante el que el autor se pregunta (p. 28) "¿por qué la globalización -una fuerza que ha producido tanto bien- ha llegado a ser tan controvertida?"
Entre las ventajas de la globalización se cuentan la disminución de una situación de aislamiento experimentada por numerosos países en vías de desarrollo; la posibilidad real de un intercambio entre éstos y otros países desarrollados en un mercado internacional; la globalización ha permitido crecer a numerosos países mucho más rápidamente que en otras épocas; ha permitido, igualmente que un número mayor de personas gocen en la actualidad de un mayor nivel adquisitivo y de un nivel de vida muy superior al que habían disfrutado nunca y ha brindado a un mayor número de personas el acceso a un grado de conocimientos que sólo hace un siglo no era alcanzable ni por los más ricos del planeta. A todo ello ha colaborado, sin duda, el acceso a las fuentes de información, entre ellas, la más poderosa, Internet. Los ejemplos en ese sentido son múltiples, desde las posibilidades de interconectar políticas activas para mejorar las condiciones de países sometidos a peligros reales, como las minas anti-personas, o aquellas campañas destinadas a condonar las deudas de países demasiado pobres.
En la parte negativa, no cabe duda de que la globalización ha favorecido una mayor diferencia entre los países ricos y los que se encuentran en vías de desarrollo; el número de pobres ha aumentado de forma dramática a escala global, mientras que los ricos lo son cada vez más. En África, los proyectos de desarrollo han chocado contra políticas mal orientadas que han precipitado en la miseria a un número creciente de población, mientras que las elites dirigentes acumulan mayores índices de riqueza.
En Asia la globalización no ha conseguido reducir la pobreza; y tampoco ha favorecido su estabilidad económica. La crisis del Este Asiático de 1997 pareció arrastrar toda la economía mundial; y en Latinoamérica, el "corralito" argentino puede constituir sólo la punta de un iceberg que puede contagiarse a todo el continente, mientras que la globalización y la introducción de la economía de mercado en Rusia y en la mayoría de economías en transición desde el comunismo tampoco han producido los resultados esperados. Desgraciadamente, las escasas políticas llevadas a cabo en África no permiten más que constatar el estado de abandono en que se encuentra la mayoría de los países de ese continente.
A todos esos países se les aseguró que el nuevo sistema económico les brindaría una prosperidad sin precedentes; y los resultados han sido más bien magros, buenos para enriquecer a unos pocos mientras que para el resto se generó una pobreza mucho mayor.
Se acusa a la globalización de haber favorecido la hipocresía de los países ricos al permitir que éstos forzasen a los de menor desarrollo económico a eliminar las barreras comerciales a partir de una política económica que los países industrializados no estarían jamás dispuestos a aceptar; pero, entretanto, los países ricos mantienen sus barreras arancelarias frente a los bienes procedentes de los países en vías de desarrollo, sobre todo, los bienes procedentes de la agricultura.
No sólo los países industrializados se niegan sistemáticamente a abrir sus mercados a los productos agrícolas originarios de los países en vías de desarrollo; sino que, además, insisten en que éstos abran sus mercados a los productos manufacturados de dichos países industrializados y continúan subsidiando sus productos agrícolas, mientras que insisten en que los países en vías de desarrollo retiren sus subsidios a sus productos manufacturados.
Como Presidente del Consejo de Asesores Económicos de la administración Clinton, Stiglitz batalló enérgicamente contra esa doble moral que, como él mismo reconoce, tampoco beneficiaba a la economía de los Estados Unidos. Los elevados precios que debían pagar los consumidores norteamericanos por los productos procedentes de su propio país, más los elevados subsidios a su propia agricultura que como contribuyentes debían financiar, suponían miles de millones de dólares que de otra forma -permitiendo la entrada de productos de países en vías de desarrollo- hubiesen podido ahorrase.
"Incluso cuando Occidente no fue hipócrita, marcó una agenda de la globalización, y se aseguró de acaparar una cuota desproporcionada de los beneficios a expensas del mundo subdesarrollado" (p. 31)
Estas cuestiones no hacen más que repetir esquemas bien conocidos en los que se basaron la mayoría de países colonialistas desde los siglos XVIII-XIX. El problema actual se ve agravado por la entrada en la escena económica del papel desempeñado por los bancos occidentales en los mercados de capitales que, a menudo, han cumplido un papel desestabilizador de las economías en desarrollo. Al entrar y salir bruscamente de las bolsas locales un dinero de clara raíz especulativa, sólo con la esperanza de obtener ganancias rápidas que suelen obedecer a expectativas de devaluación o apreciación de la moneda local, deja tras de sí "divisas colapsadas y sistemas bancarios debilitados" (p. 32).Y, sin embargo, la globalización, como señala el autor, es (¿o debería ser?) fundamentalmente,
"la integración más estrecha de los países y pueblos del mundo, producida por la enorme reducción de los costes de transporte y comunicación y el desmantelamiento de las barreras artificiales a los flujos de bienes, servicios y capitales, conocimientos y (en menor grado) personas a través de las fronteras." (p. 34)

La explicación de los errores
Ya hemos señalado que la estructura del libro se divide en nueve capítulos, de los que destacaríamos algunos, esencialmente, el cuarto, dedicado a la crisis del Este asiático, en el que se analiza las políticas del FMI utilizadas en esa zona, políticas que llevaron al mundo "al borde de un colapso global". A partir del hundimiento del bath tailandés, en 1997, las entradas y salidas rápidas de dinero en las bolsas asiáticas llevaron a situaciones que, según el autor, no se hubiesen producido si se hubiese dejado a cada uno de dichos países desarrollarse de manera más acorde con su potencial económico, político y social, es decir, respetando las secuencias y ritmos que mejor se adaptasen a cada una de dichas economías. En ese sentido, el autor subraya el papel desempeñado por los respectivos gobiernos del Este asiático -que en la mayoría de países habían tenido un papel fundamental al crear las condiciones para que se produjese un elevado nivel de ahorro y de inversión interna- en contraste con el proceso excesivamente rápido de la liberalización de los mercados de capitales. La entrada de capitales foráneos que sólo buscaron un rápido incremento de las tasas de beneficio financiero, dejaron a sus espaldas una seria situación de crisis.
En ese capítulo, Stiglitz explica de manera pormenorizada los casos de China, Corea del Sur, Tailandia, Malasia e Indonesia para mostrar que la apertura de los respectivos sistemas económicos a los capitales extranjeros y una prematura reestructuración orientada a la liberalización del mercado de capitales fueron los principales errores que habría cometido el FMI en su interés por "mejorar" un sistema bancario y empresarial que en las tres décadas precedentes había crecido hasta llegar a conformar el llamado "milagro del Este asiático" sin más recursos que los propios y sin necesidad de la entrada masiva de capitales extranjeros en sus respectivas bolsas. Sin compartir la "teoría de la conspiración", según la cual dicha entrada de capitales foráneos se habría dirigido a debilitar las economías de esos países, no deja de señalar que los responsables directos de la crisis del Este asiático fueron "los burócratas" del FMI y del Tesoro norteamericano que actuaron de manera indiscriminada sobre unos sistemas bancarios frágiles(6).
Destacaríamos, también, los tres capítulos siguientes, que están dedicados a la crisis de 1998 en Rusia, y que constituyen un ejercicio de profundización de las diferentes condiciones -sociales, económicas, históricas y políticas- que influyeron en la transición desde una situación económica en que el Estado controlaba todas las actividades productivas a una liberalización que llevaría a una situación de mayor pobreza y desigualdad, una inflación galopante y un estado de corrupción generalizado potenciados por unas estrategias que se suponían "de choque" elaboradas por el Tesoro norteamericano y el FMI que debían enderezar la situación; pero que sólo consiguieron que se entrase en contradicción con un proceso de crecimiento más armónico.
Stiglitz es muy crítico con dichas estrategias, que no llevaron al desarrollo de Rusia sino, a lo sumo, a una cierta estabilización. De hecho, él mismo, como vicepresidente del Banco Mundial y prescindiendo de las recomendaciones del Tesoro de los Estados Unidos, emprendió un viaje a Rusia en el curso del cual pudo comprobar que las privatizaciones que se habían llevado a cabo en el país sólo habían hecho que enriquecer a unos pocos oligarcas.
"En Rusia se pensaba, no sin razón, que EE UU se había aliado con la corrupción. En lo que había sido percibido como una exhibición de apoyo, el subsecretario del Tesoro, Lawrence Summers invitó a su casa a Anatoly Chubais, que había estado al cargo de las privatizaciones, había montado la estafa de los préstamos a cambio de acciones (...). El Tesoro de EE UU y el FMI entraron en la vida política del país" (p. 217).
El contraste entre lo que sucedió en países que no se plegaron a las recomendaciones del FMI (China, por ejemplo) y los que sí lo hicieron (como es el caso de Rusia) es tan marcado que no ofrece dudas. China pondría por delante de la privatización la creación de una situación de competencia entre empresas; y antes de que se reestructurasen las empresas estatales, el gobierno central se ocupó de crear nuevas empresas en áreas rurales, con lo que durante un cierto tiempo el sistema económico chino se benefició de los dos tipos de empresas, las de carácter privado y las de carácter público del anterior régimen. Al no desmantelar demasiado rápidamente el sistema anterior, el crecimiento, más lento, se pudo afianzar y obtener éxitos a largo plazo. En Rusia, por el contrario, se sabe que el camino hacia la estabilización, la privatización y la liberalización deberá continuar; pero ahora se sabe, también, que en ese camino por recorrer son necesarias instituciones sólidas, auque se desconozca por qué medios conseguirlas. En contraste con China, en que la liberalización fue promovida desde un Estado central, el colapso del poder central en Rusia propició la "instalación permanente de los oligarcas y de la cleptocracia y el capitalismo de amiguetes/mafiosos" (p. 239) apoyados por el FMI y el Tesoro de EE UU.
 
La respuesta ante las crisis estructurales
Los dos últimos capítulos del libro que comentamos están dedicados a mostrar la pérdida de coherencia intelectual que ha ido experimentando el FMI nacido en Bretton Woods y las necesarias modificaciones que debe sufrir para llenar una "nueva agenda" en la que se muestra necesaria la existencia de instituciones públicas internacionales desprovistas de intereses económicos y de ideología, en que la transparencia sea el primer requisito de las acciones futuras.
En el penúltimo capítulo, el autor realiza un interesante experimento consistente en analizar la política del FMI como si dicha organización estuviese propiciando los intereses de los mercados financieros, en lugar de aplicar los recursos a ayudar a los países en dificultades a salir de las mismas; según esa nueva visión, las políticas del FMI constituyen un conjunto absolutamente coherente en lugar de las contradicciones que se observan.
Del último de los capítulos del libro destacaríamos la nueva agenda en siete puntos que, a modo de conclusiones, propone el autor y que enumeramos a continuación de manera resumida.
En primer lugar, se hace evidente la necesidad de aceptar los peligros de la liberalización de los mercados de capitales y el hecho de que los flujos de capital de corto plazo ("dinero caliente") imponen abultadas externalidades, que se traducen en mayores costes soportados por quienes no son parte directa en las transacciones.
En segundo lugar, es preciso realizar reformas sobre quiebras y moratorias, que tendrían la virtud de inducir a la precaución a los futuros inversores en países en desarrollo, en lugar de estimular un tipo de préstamos temerarios, comunes en el pasado.
En tercer lugar, se impone destinar menos recursos a los salvamentos económicos -los rescates- que se orientan a garantizar que los acreedores occidentales cobren más que lo que habrían cobrado en otras circunstancias.
En cuarto lugar, el autor sugiere mejorar la regulación bancaria, tanto en los países desarrollados como en los que se encuentran en vías de desarrollo, ya que una mala regulación bancaria en los países desarrollados puede conducir a malas prácticas de préstamos y a los que se encuentran en crecimiento, a una exportación de inestabilidad.
En quinto lugar se debe mejorar, también, la gestión del riesgo producido por la volatilidad de los tipos de cambio. El actual desastre de Argentina muestra que una paridad demasiado estricta con el dólar no resuelve tampoco los problemas cambiarios, sobre todo, a los países pequeños o a los que presentan una economía frágil. Los países desarrollados pueden sin duda absorber mejor las fluctuaciones en los mercados de capitales, y deberían ser éstos quienes deberían ayudar a los menores en forma de créditos que mitiguen esos riesgos.
En relación con esto, la sexta condición para un crecimiento global más armónico reside en gestionar el riesgo inherente a los cambios económicos de manera que dicho riesgo no deba ser absorbido por los más vulnerables dentro de los países en recesión, lo que supone fomentar la capacidad de incluir programas de desempleo más efectivos.
Por último, Stiglitz propone una mejor respuesta a las crisis. La asistencia a países en vías de recesión económica debería considerar necesario un mayor conocimiento de las condiciones políticas y sociales. Y, lo más importante, se debería regresar a los principios económicos básicos postulados en la teoría keynesiana por una parte; por otra, el autor propone poner en práctica estrategias expansivas de carácter fiscal y monetario en los países en dificultades, de la misma manera que se realiza cuando EE UU atraviesa una recesión económica, y no a la inversa, como ha venido sucediendo hasta ahora (7).
"más que concentrarse en la efímera psicología de los inversores, en la impredecibilidad de la confianza, el FMI debe retornar a su mandato original de proveer financiación para restaurar la demanda en los países que afrontan una recesión económica" (p. 299).
Para todo ello, el autor considera que la ayuda al desarrollo debería ser liderada más que por el FMI por el Banco Mundial, ya que cree que esta institución responde mejor a las preocupaciones de los países en desarrollo. El Banco Mundial puede ajustarse mejor a las restricciones presupuestarias, es más sensible a la importancia de la educación -incluida la de las mujeres- y a la necesidad del establecimiento de una sólida base tecnológica, incluido el apoyo a una formación avanzada. Respecto a la condonación de la deuda para determinados países, Stiglitz es terminante: sin dicha condonación de la deuda, muchos países en desarrollo no podrán crecer. Todos conocemos que muchos de los países deudores sólo pueden pagar los intereses de su deuda a los países desarrollados; pero no tienen capacidad económica para nada más. Todavía va más lejos y considera que no sólo los países más pobres deberían acogerse a las condiciones de condonación de la deuda, sino muchos otros que, sin estar en esa situación, ya están experimentando las consecuencias de los errores de las instituciones supra-nacionales en el pasado.
En opinión del autor, es posible todavía promover la igualdad y el crecimiento rápido al mismo tiempo, a condición de que dicho impulso provenga de políticas más igualitarias y de la creación de nuevas empresas que potencien las exportaciones, para lo que el papel del Estado es fundamental al estimular sectores concretos y al ayudar a crear instituciones que promuevan el ahorro y a dirigir esos fondos de una manera eficiente.
Una "globalización con un rostro más humano" sería lo mejor que le podría pasar a la sociedad actual; una globalización que implicase el cambio de no sólo las estructuras institucionales, sino del propio esquema mental de dichas estructuras institucionales. Si en la actualidad la globalización se entiende en términos económicos, para muchos en el mundo subdesarrollado es bastante más; la globalización conlleva cambios que no han hecho más que empezar: está el problema del debilitamiento de las sociedades rurales tradicionales en favor de un proceso acelerado de urbanización; está el problema del ritmo de la integración global, que debería constituir un proceso gradual que no arrolle las instituciones precedentes, sino que se adapte y pueda afrontar la nueva situación observada desde más ángulos que el propiamente económico.
Está también, para Stiglitz, lo que la globalización debería poder hacer por la democracia. A menudo, sugiere Stiglitz, parece que a las antiguas dictaduras de las elites nacionales, les está sucediendo la dictadura ejercida por las finanzas internacionales (8), lo cual explica el riesgo de la pérdida de soberanía que pueden experimentar algunos países que necesitan ayuda económica. Dichos países en desarrollo son avisados de que si no cumplen determinadas condiciones, los mercados de capitales o el FMI se negarán a prestarles el dinero que necesitan para su progreso. En esencia, pues, dichos países son obligados a ceder una parte de su soberanía y dejar que los mercados de capitales "incluidos los especuladores, cuyo único afán es el corto plazo" influyan en sus políticas de desarrollo que, evidentemente, han planificado a unos plazos mucho más largos. O los países pobres se someten a los "caprichos" de los especuladores o se arriesgan a seguir su camino solos; y, en un mundo globalizado e interdependiente, pocos países están dispuestos a correr ese riesgo.
De momento, para el autor la globalización actual no funciona.
"Para muchos de los pobres de la Tierra no está funcionando. Para buena parte del medio ambiente no funciona. Para la estabilidad de la economía global no funciona. La transición del comunismo a la economía de mercado ha sido gestionada tan mal que -con la excepción de China, Vietnam y unos pocos países del este de Europa- la pobreza ha crecido y los ingresos se han hundido" (p. 269).
Sin embargo, el autor concluye que, a pesar de todo ello, la globalización puede ser una fuerza benigna. Puede ayudar a generalizar el conocimiento y el intercambio de ideas, puede contribuir a la transmisión de concepciones sobre la democracia y promover una sociedad civil más justa; y puede beneficiar a los países que, sin confiar en la noción de un mercado autorregulado, reconozcan el papel que puede cumplir el Estado en el desarrollo, y que, en consecuencia, estén en condiciones de resolver sus propios problemas.Su larga trayectoria académica, autoriza suficientemente, sin duda, al Premio Nobel de Economía 2001 a emitir su opinión ante el neoliberalismo acelerado que invade todas las parcelas de la vida social, política y económica de los pueblos en un mundo crecientemente globalizado.
No obstante, su declarado alegato en favor de la vuelta a las teorías económicas keynesianas quizás le ha hecho olvidar en el relato de los hechos recientes el papel desempeñado por las otras grandes corporaciones internacionales, como el propio Banco Mundial o la Organización Mundial del Comercio.
La impresión general que se obtiene tras la lectura de su extenso libro es que de la actual situación de desequilibrio económico, social y político a escala global prácticamente las únicas instituciones culpables son dos: el FMI y el Tesoro americano. Sin duda, el autor conoce de cerca las diferentes circunstancias que han coincidido en la historia económica reciente; pero para que se llegase a esa situación de indefensión en que se encuentran muchos de los países menos favorecidos algo han debido hacer los gobiernos de esos mismos países.
Quizás, y ahí radica una de las mayores virtudes de este libro, a partir de todo lo que se expone en él puede suceder que los gobiernos, especialmente los de países en vías de desarrollo valorarán más cuidadosamente el "abrazo del oso" que implica a menudo la ayuda internacional.
 
Notas
1Ver un resumen de sus obras más recientes en http://www.worldbank.org/knowledge/chiefecon/stiglitz.htm
2En adelante, y respectivamente, FMI, BM y OMC. En esencia, el autor en este libro se ocupa de las estrategias seguidas por la primera de dichas instituciones, mientras que las actividades de las otras dos quedan bastante diluidas.
3Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá, Italia, Reino Unido y Francia. El G-7 se reúne actualmente de modo habitual con Rusia, formando así el G-8.
4Cabe recordar que en Betton Woods se tomaron otras importantes decisiones, como adoptar un Sistema Monetario Internacional, basado en la convertibilidad del dólar en oro. Habiendo quedado desfasado dicho sistema en 1971, por la decisión unilateral de los Estados Unidos de suspender la convertibilidad, todo ello ha sido ya superado por la mundialización de los mercados monetarios y financieros. Ver sobre ésta y otras cuestiones relacionadas con la globalización RAMONET, I. Un mundo sin rumbo. Crisis de fin de siglo. Madrid: Debate, 1997 (5ª ed. 1999). 246 p.
5Aunque con alguna anterioridad, Ignacio Ramonet, desde la geopolítica y el análisis de las estrategias internacionales, llega a similares conclusiones sobre las consecuencias del proceso actual de globalización. Ver Ramonet, op. cit. especialmente p. 91 y ss.
6En ese mismo sentido se dirige la reflexión del catedrático de la Universidad Central de Ecuador, Alberto Acosta, cuando afirma en un reciente artículo que las imposiciones del FMI a determinados países con economías frágiles, como las de algunos de América Latina, ha degenerado hacia la inestabilidad social y económica en lugar de potenciar el crecimiento, lo que lleva, según el autor de dicho artículo y en coincidencia con Stiglitz, "a un puro ejercicio de poder" por parte del FMI. (Ver La ayuda envenenada del FMI.La Vanguardia, 25 de agosto de 2002, Suplemento Dinero, p. 5).
7Aplicar políticas menos restrictivas respecto a los tipos de interés o revisar a la baja la política fiscal, por ejemplo. Es decir, todo lo que pueda favorecer el consumo y la inversión.
8Se ha escrito no hace mucho tiempo, y no sin razón, que a los regímenes totalitarios de los años treinta está sucediendo un régimen globalitario. Descansando sobre los dogmas de la globalización, y del pensamiento único, no es posible otra política económica que la que sustentan las grandes corporaciones financieras, "dejando de lado las libertades del individuo (..) y abandonando a los mercados financieros la dirección total de las actividades de la sociedad dominada." Ver Ramonet, op. cit. p. 77.
 
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© Copyright: Biblio 3W, 2002.
Ficha bibliográfica
ARROYO, Mercedes. Stiglitz, Joseph E. El malestar en la globalización. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. VII, nº 403, 10 de octubre de 2002.  http://www.ub.es/geocrit/b3w-403.htm [ISSN 1138-9796]